Trabajo de Investigación.
Lectura DEA. 25 oct. 2005.
Sala de Juntas. Facultad de filosofía Universidad de Barcelona.
Jurado:
- Prof. Antoni Malet.
- Prof. José Romo.
- Prof. Albert Presas.



Experiencia estética y formulación científica: el caso del Harmonice Mundi.
Director: Prof. Antoni Malet.

SUMARIO. La música como modelo explicativo del universo ha estado presente desde el mismo nacimiento de la reflexión filosófica. Las ratio pitagóricas y el monocordio fueron utilizados con intensidad hasta el S.XVII en explicaciones astronómicas, en la astrología, los principios alquímicos, la pintura, la medicina, la arquitectura y la propia música. Esta última, siendo una de las ramas del quadrivium – junto a la astronomía, la geometría y la aritmética – y dado el interés demostrado en obras de filósofos como Bacon, Mersenne, Descartes, Huygens, Kepler y Newton – entre otros - permite afirmar que hacer historia de la música, por lo menos hasta el S.XVII, es hacer historia de la ciencia. Partiendo de los aportes de musicólogos como Palisca y Walker, sólo las historiografías recientes han logrado incorporar a la música como motivo de reflexión en la historia de la ciencia. A ese respecto, trabajos aún más recientes interconectan la música con otras prácticas culturales y científicas en el marco de la llamada Revolución Científica. Aunque la excepción a las historiografías tradicionales siempre fue el Harmonice Mundi, dada la importante Tercera Ley planetaria y el evidente contenido musical de toda la obra, son pocos los análisis de la teoría musical kepleriana que aborden en detalle la relación con su propuesta astronómica. El libro III, que puede parecer estrictamente musical no lo es tanto si atendemos a los constantes esfuerzos que hace Kepler por interconectarlo con el Libro V. Estas relaciones nos arrojan información sobre el modo de filosofar kepleriano en la medida que se homologa la astronomía y la música sobre la base de un único arquetipo geométrico: la armonía. Así entonces la música nos puede informar de los cielos y viceversa. A su vez, las condiciones históricas que posibilitaron esta interconexión están fundamentadas en el entusiasmo de Kepler por la polifonía de sus contemporáneos y, en especial, por la música de Orlando di Lasso. La sólida formación musical de Kepler, junto a la novedad y originalidad que supuso para los intelectuales y humanistas alemanes la incorporación de esta oleada musical francoflamenca, lo inflamó a diferenciarse de los antiguos tanto musical como astronómicamente hablando. Visto así, una experiencia estética musical, anclada en una sólida formación, permitió a Kepler configurar el marco de verdades – la geometría, la armonía y la polifonía contemporánea - sobre el que formuló y contrastó sus teorías, tal como puede leerse – y oirse - en los mismos textos del Harmonice Mundi.

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